Se fue el colega, y mejor amigo! / Columna

Por Jesús Olivas Figueroa
Cuando un día cualquiera despiertas con la noticia de que uno de tus mejores amigos y compañero de batalla ha muerto, te viene a la mente aquella frase de que realmente no somos nada y que la vida tenemos que vivirla al máximo, exprimirla, andar el camino de la
positividad y amar a quien te acompañe en esa experiencia.

Lo de Alberto Gerardo fue cruel, lastimoso, lacerante para los que lo conocimos, devastador para su familia, Laura su esposa, y que decir de sus hijos; su asesinato fue artero, eso duele más, cayó abatido por mentes enfermas, que no tienen el más mínimo amor por la vida, les da igual asesinar a un ser humano, para ellos, es nada.

La impotencia invade nuestra mente, la ira arranca cualquier sentimiento bueno hacia esas personas, que pueden ser mejor calificados como bestias, tipos sin sentimientos, acelerados por las "cuernos de chivo", que engrandecen su "valentía", personas podridas, perdidas en el limbo de la delincuencia auspiciada por las autoridades.


La partida prematura de Alberto nos deja un vacío, un hombre profesional, de una voz inconfundible, conocedor deportivo, narrador excelso, colega, pero mejor amigo, siempre estuvo ahí, donde un compañero lo necesita, jamás evidenció envidias, al contrario, su sensatez lo hacía rodearse de personas profesionales, por esa razón su éxito.

Sólo 42 años, siempre extrovertido, salpicaba cierta dosis de protagonismo, pero siempre equitativo, su estilo lo hizo ser participe de grandes trabajos periodísticos en el mundo de la narración, reconocido por grandes, admirado por otros y maestro de reporteros en ciernes.

Amante del futbol, beisbol, los juegos de mesa, cruzazulino hasta los huesos, esquivador por necesidad, su pasión deportiva y discurso claro, lo hizo ser uno de los grandes de Sonora, el micrófono era su amigo, el cuadro su espejo, desde ahí desplegaba una crítica sostenida, con argumentos, siempre bien informado.

El comunicador se fue, desde allá, no se donde, seguirá narrando con pasión, su último día en la tierra fue lleno de bendiciones, conocidos, entre ellos políticos, empresarios que confiaron en su capacidad para las ventas, deportistas, colegas y por supuesto su familia, el sostén de sus triunfos, el oasis de sus derrotas.

Ahí estaba, su féretro, preferí no acercarme, decidí recordarlo como era, alegre, siempre dispuesto al convivió, la fiesta pues, su rostro pálido hubiera perturbado ese recuerdo, a final de cuentas, uno decide como recordar a la gente, y en lo personal lo recordaré festejando su primer aniversario de su programa de radio, feliz, entusiasmado.

Alberto Angulo Gerardo deja a su esposa Laura, y a tres hijos, Valeria, Luis y Diego, las balas arteras de gente sin sentimientos se los despojó, el Zurdo, Voz de trueno o pata chueca, fueron motes que la raza le endosó con cariño, deja un hueco, desde aquí le mandamos un saludo, su saludo, "Saludos Deportivos", hasta donde estés amigo.

Listo...Dios los bendiga, cuide y proteja.
Cualquier duda, aclaración o crítica mi correo es jessolfi@yahoo.com.mx

Buzón Ciudadano

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