Por Jesús Olivas Figueroa
Aunque en algunos casos el senador de la república Francisco Búrquez Valenzuela fue claro y autocrítico, no se desmarcó del común denominador que ha unido a los panistas durante los últimos años, la bandera de la demagogia la ondeo cada vez que las
preguntas no eran lo cómodas que hubiera deseado.
Y es que las preguntas de los compañeros en la mesa del Colectivo de Reporteros que recibimos al senador en el restaurar El Malecón, fueron directas, algunas incómodas, por tal motivo, Búrquez hizo gala de los mejores actos de escapismo jamás ensayados por Houdini, hábil, resbaloso y escurridizo se vio el ex alcalde.
En ningún momento flaqueó, para él, Guillermo Padrés ha sido el mejor gobernador de Sonora, su visión y enfrentamiento directo en ciertos temas escabrosos, lo hace a su parecer, un mandatario exitoso.
Mientras en su discurso dejaba claro que los subsidios por parte del gobierno deberían desaparecer, no dudó en enaltecer los que Padrés ha dado a los sonorenses, señaló los uniformes y transporte gratuito, desnudando por completo su memoria a corto plazo, esa que evidenciaba contradicciones delirantes.
El Senador de la república atizó a su partido, mencionó en repetidas ocasiones que el PAN se perdió cuando rebasó a los priístas, y que si aspiran siquiera a volver a sus raíces, deberán reescribir los libros.
Dijo que si la gente dice o cree que todos los partidos políticos son iguales, lo hacen con argumentos, y que si bien es cierto se avergüenza de tal aseveración, está consciente que deberán tener claro un propósito, una estrategia, escoger un camino, hacer del PAN un organismo abierto, porque ya tienen, dijo sin tapujos, hasta la madre a los ciudadanos.
En ese sentido, en lo personal dijo que está de acuerdo con las candidaturas independientes, es más, subrayó con singular énfasis que la solución no está en el mundo político, sino en el de los ciudadanos.
Su inigualable despliegue de gesticulaciones acompañadas por la demagogia, dejó insatisfechas muchas de las preguntas, sobre todo, cuando se le cuestionó sobre su interés por ser gobernador, dudó, elevó su mirada, y respondió que no ha pensado si quiere ser gobernador, que no sabe si le interesa, evidentemente esa pausa que hizo antes de contestar, no fue suficiente como para desarrollar una respuesta más sesuda.
Se volvió a descuidar, su memoria desvaneció de nuevo, señaló con su dedo indice que no cree en los políticos, aunque él sea uno, pero sí le gusta creer en las personas, por eso, cree firmemente en Guillermo Padrés, destiló cierto servilismo, raro en un personaje de su envergadura, cuidando claro está, esa diminuta posibilidad de ser el candidato a la gubernatura por el PAN.
Insistió en que los políticos son un mal necesario, recalcó que no ve por ningún lado la corrupción en Sonora, que conoce la política por dentro y por fuera, por tal motivo la mala fama se la han ganado, y que la transparencia es un antídoto para la corrupción, sus ideas eran concretas, con sentido, pero sumamente incongruentes.
Su discurso lo vistió con sus creencias religiosas, el amor a dios dijo, debería ser parte fundamental en las decisiones políticas, aunque aclaró que la fórmula iglesia-política equivale a corrupción.
A Pancho le pueden etiquetar de cualquier cosa, pero extrovertido si es, su clásico baile lo hizo popular, sin embargo, y siendo francos, Búrquez no ha ganado nada, en su campaña a la alcaldía de Hermosillo navegó tranquilamente sabedor que la ola Fox acompañaría su triunfo inevitablemente.
Luego, pasó por puestos gubernamentales que en algunos casos ni siquiera eran del gabinete, mientras que su última confrontación directa con partidos oponentes, perdió en la odisea rumbo a la senaduría, curul que hoy ostenta por la simple razón que era el número uno en la fórmula panista, y ante la inminente derrota, Pancho se sabía senador.
Es decir, qué blasones puede ofrecer para retener una gubernatura que se ve más lejos que Júpiter sin telescopio, su afinidad al gobernador, al menos en su discurso, lo hace proclive a la derrota, sin mencionar que el otrora equipo que había hecho al interior del PAN, se ha desvanecido.
Dolores del Río, hace mucho que se independizó y navega sola, Luis Serrato y su hermano el diputado local José, juegan del lado del mandatario, y otros de sus más cercanos colaboradores le deben más que favores a Padrés, incluso, algunos están incrustados en su administración, el caso de Sesma Padilla, quien cobra como director del ISSSPE.
Pancho se diluye, no dará más, su lealtad arrepentida al mandatario lo agacha, aspirará tal vez, a un puesto importante en el casi inimaginable triunfo panista en 2015, fuera de eso, y considerando su edad y cuenta bancaria, el retiro está cerca.
Listo. Pórtense bien, cuídense mucho y que dios los bendiga.
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