Por Alma Delia Murillo
Columnista de: sinembargo.com.mx
Segunda parte...
Sexto. No cometerás impurezas posmodernas.
No cometerás actos impuros como caminar en lugar de manejar un auto, andar por la vida sin una tableta electrónica, escribir manualmente sobre algún arcaico papel,
tener tiempo libre, romper la dieta, faltar al gimnasio, dejar de contar las calorías que consumes o no tener una cuenta en Facebook, otra en Twitter, una en Instagram, una en Pinterest, otra en Flickr, una más en Linkedin y tu propio canal de YouTube con todos tus perfiles actualizados y súper cool.
tener tiempo libre, romper la dieta, faltar al gimnasio, dejar de contar las calorías que consumes o no tener una cuenta en Facebook, otra en Twitter, una en Instagram, una en Pinterest, otra en Flickr, una más en Linkedin y tu propio canal de YouTube con todos tus perfiles actualizados y súper cool.
No desearás a la mujer de tu prójimo porque la eterna soltería es el estado de gracia mayor, la conciencia perfecta, la manifestación todopoderosa de la individualidad que confirma que tú no necesitas a nadie.
Al hombre de tu prójima sí puedes desearlo porque así darás cuenta del empoderamiento de las mujeres y porque en las Tablas de la Ley sólo se especifica la prohibición en relación al género femenino No desearás a la mujer de tu prójimo; luego asumimos que lo que no está prohibido, está permitido. (Nota del traductor)
Séptimo. No robarás a lo pendejo y sin que el sistema te ampare.
No robarás a menos que seas delincuente de cuello blanco, tengas un cargo en un partido político, seas un empresario monopolizador, presidente o ex presidente de algún país o seas una empresa de fondos de inversión con nombre rimbombante.
En todos esos casos el señor tu dios llamado Sistema Fiscal y Hacendario Perverso estará contigo pues lo que cometes se denomina estafa o fraude, no robo.
Mas ay de ti si robares un kilo de azúcar o un litro de leche en el supermercado, serás condenado al eterno lloro y crujir de dientes por tarugo y por ser tan poco ambicioso.
Octavo. No dirás falso testimonio ni mentirás sin asegurarte de que el GPS (Global Positioning System) esté desactivado.
No olvidarás la omnipotencia, omnisciencia y omnipresencia de la red que vive en tu Smartphone y que tú mismo has creado para entregarle tu privacidad.
Si has de mentir dando señales falsas de tu localización, deberás asegurarte de que no puedes ser rastreado, grabado, fotografiado, etiquetado, likeado ni arrobado por algún idiota detrás de un teléfono inteligente.
De lo contrario te espera la vergüenza digital sin fin.
Noveno. No envejecerás.
Atravesarás el desierto de las dietas antioxidantes, los levantamientos faciales, la hormona de crecimiento en cápsulas, las cremas antiarrugas, la inyección de células madre, los suplementos vitamínicos y el ridículo pero no envejecerás. Harás que todos los días sean los días de tu juventud aunque para ello tengas que obligarte a creer en la fantasía de que los cuarenta son los nuevos treinta y los treinta son los nuevos veinte. Romperás tu ciclo vital tratando de evitar lo inevitable y te convencerás de que el tiempo avanza o se detiene a tu antojo aunque con ello te pierdas la belleza transformadora de su paso. No envejecerás pero te morirás en el intento.
Décimo. Codiciarás, le echarás ganas y serás exitoso.
Codiciarás los bienes ajenos y te esforzarás por convertirlos en males propios: la casa del vecino, el coche del desconocido, el puesto de tu jefe, los implantes de tu amiga, el viaje de tu primo al Mundial de Fútbol.
Aunque entrares en grande tribulación por tratar de conseguirlos no te rendirás para no ser arrojado al infierno de los fracasados que por su tibieza fueron vomitados de la boca de la excelencia. Correrás tras el éxito como quien corre hacia el vacío perseguido por una gran bestia aterradora.
¿Qué es echarle ganas y qué es ser exitoso? Misterios divinos que aún no son develados ni en Wikipedia, el Libro Universal de las Revelaciones pero que lo serán a su debido tiempo. Y así hablamos los posmodernos, a quienes nos fue dada boca que habla grandes blasfemias, diciendo estas palabras: No temáis, hermanos, echadle ganas.
Tomado de Sinembargo.com.mx
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