Ciudad de México, 8 de abril.- En el Senado de la República los gastos en café y en la reproducción de fotocopias resulta más oneroso que proteger la riqueza artística de los murales, pinturas y arquitectura de la vieja casona de Xicoténcatl.
De acuerdo con el Informe de Licitaciones Realizadas para el Ejercicio 2014, la Cámara de Senadores gastó un millón 879 mil pesos en asegurar Xicoténcatl, las obras de arte y vehículos, mientras que para garantizar el consumo de café erogó dos millones 160 mil pesos; para contar con los materiales de limpieza pagó tres millones 120 mil pesos, y para el servicio de fotocopiado gastó nueve millones 943 mil pesos.
El servicio de café es el más solicitado en el Senado, no sólo por los 128 legisladores federales, sino por los miles de visitantes que llegan a su sede para participar en audiencias públicas, foros nacionales e internacionales, cabildeo en torno a una iniciativa o por quienes solicitan la ayuda de los legisladores como gestores, y por los empleados.
Los proveedores de consumibles de cafetería y café son María Bertha Guillermina Patricia Contreras y Corporación Papelera El Sótano SA de CV, principalmente.
De acuerdo con las cifras preliminares de las actividades administrativas del Senado en el año 2013, siete mil 173 personas acudieron a sus instalaciones, entre invitados y jóvenes estudiantes que hacen visitas al recinto parlamentario.
Además, a lo largo del año pasado hubo 63 sesiones del pleno del Senado, donde acudieron con regularidad al menos 120 de los 128 legisladores federales, así como 18 de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, en donde participaron 37 senadores y diputados federales.
En un ejercicio para conocer el costo de un café en el Senado, se estableció el parámetro de que cada uno de los senadores y diputados federales que estuvieron el año pasado en los salones de pleno hayan consumido un vaso o taza de café en cada una de las plenarias, se tiene un total de 13 mil 512 tazas.
A ellas se sumó el escenario de que cada uno de los siete mil 173 visitantes haya consumido una taza de café.
Sumado a ellos están los dos mil trabajadores de esta instancia legislativa, pero de los cuales no asisten todos a diario, pues al menos 200 lo hacen cuando el legislador con quien trabajan está en el recinto; a ellos se aplicó el parámetro de que durante el año pasado consumieron al menos dos tazas. De esta forma, durante el año pasado se consumieron al menos 24 mil 685 tazas de café en el Senado.
Los parámetros se fijaron porque es evidente que no todos los senadores ni todos los visitantes toman café, y que también en días de no sesión los legisladores pueden consumir esta bebida, aunque no todos asisten en días de no sesión; por eso, este diario dejó el supuesto de que todos toman café en todos los días de sesiones y que todos los visitantes lo hacen también, mientras que los trabajadores lo hicieron al menos dos veces.
De esta forma, la inversión de dos millones 160 mil 359.18 pesos que se canalizaron para los consumibles de café implican un promedio de 87 pesos por cada taza o vaso de café, con base en el número público de visitantes y legisladores.
Para asegurar los bienes inmuebles, obras de arte y vehículos, sin incluir a la nueva sede, lo cual implica la vieja casona de Xicoténcatl 9, así como el edificio de Donceles, el Senado contrató a Grupo Mexicano de Seguros y a Grupo Nacional Provincial, por un millón 870 mil 20 pesos.